El logotipo es posiblemente uno de los elementos más reconocibles en el trabajo de un diseñador gráfico. Y si eres diseñador y estás leyendo este post, es porque te interesa conocer las 4 claves que se esconden detrás de un buen logotipo. Vamos a ello.
Se tiende a pensar que con sólo tener el nombre de una marca ya es suficiente para que un negocio funcione, pero no es así. La construcción de la imagen que representa una marca o empresa conlleva un trabajo previo a sentarse frente a cualquier programa de diseño con el que te guste trabajar. Te contamos.
1. Todo logotipo tiene una historia que contar
El objetivo de un logotipo es transmitir los valores de la marca que representa. Por lo que antes de empezar, deberías de tener claro qué es lo que el cliente busca y hacia dónde quiere dirigirse. Vamos, que si aún no te has dado cuenta es que lo que necesitas es un briefing. Sea de una u otra forma, tiene que haber una reunión previa entre diseñador y cliente donde, bien sea a través de un cuestionario (este método es el que nosotros utilizamos y nos viene muy bien) o bien sea de una forma natural y espontánea.
Un briefing nos ayuda a conocer el por qué de la marca: misión, visión y valores, o lo que es lo mismo, el porqué, el para qué y el cómo la empresa va a realizar su proyecto de vida. De estos 3 vértices hablaremos otro día, pero por ahora debes de saber que es importante que el logotipo sea coherente con los valores de la marca.
Dependiendo de la cantidad de información que extraigas, tendrás más o menos elementos con los que trabajar en tu diseño. Conocer la personalidad de la marca es lo que dará a tu diseño ese toque profesional que buscas.
2. La legibilidad ante todo
Puede resultar bastante obvio, pero no todos los diseñadores lo tienen tan claro. De nada sirve tener un logotipo si este no se puede leer bien.Sabemos que las letras manuscritas quedan muy bonitas si queremos hacer un logotipo para una barbería, ¿pero realmente lo podemos leer bien? ¿no es más una mancha de texto?
Un logotipo tiene que ser legible en todos los formatos (online y offline) que existan, desde el más pequeño al más grande. Es cierto que el diseño de una lona no es algo que nos vayan a encargar todos los días, pero tal vez un roll-up sí. Y por eso es importante hacer pruebas de tu diseño en tamaños pequeños; tanto en las diferentes redes sociales y distintos dispositivos de pantalla, como en papelería y textil.
Evita utilizar demasiados elementos que puedan crear confusión a la hora de hacer una lectura completa de tu logotipo. Recuerda: de nada sirve un logotipo bien trabajado si, en la práctica, cuesta mucho leerlo.
Puede resultar bastante obvio, pero no todos los diseñadores lo tienen tan claro. De nada sirve tener un logotipo si este no se puede leer bien.Sabemos que las letras manuscritas quedan muy bonitas si queremos hacer un logotipo para una barbería, ¿pero realmente lo podemos leer bien? ¿no es más una mancha de texto?
Un logotipo tiene que ser legible en todos los formatos (online y offline) que existan, desde el más pequeño al más grande. Es cierto que el diseño una lona no es algo que nos vayan a encargar todos los días, pero tal vez un roll-up sí. Y por eso es importante hacer pruebas de tu diseño en tamaños pequeños; tanto en las diferentes redes sociales y distintos dispositivos de pantalla, como en papelería y textil.
Evita utilizar demasiados elementos que puedan crear confusión a la hora de hacer una lectura completa de tu logotipo. Recuerda: de nada sirve un logotipo bien trabajado si, en la práctica, cuesta mucho leerlo.
3. Perdurable en el tiempo
La actualidad manda, las tendencias atan y en muchas ocasiones, nosotros vamos detrás. Y diseñar para lo que está en boca de todos es peligroso, porque el tiempo avanza. Lo que hoy está de moda, mañana está desfasado. Intentemos trabajar en aquellos elementos que sabemos que funcionan siempre, o al menos, evitemos elementos que sospechamos que son modas.
Un diseño se entenderá estable cuanto menos cambios se hagan en el tiempo. Y desde hace unos años esta filosofía impregna los diseños cada vez más conceptuales de los logotipos que se diseñan. Composiciones sencillas asumen más fácilmente el paso del tiempo frente a diseños barrocos de hace más de 10 años.
El restyling es una técnica con la que tarde o temprano, como diseñador gráfico, te vas a enfrentar. No se trata de hacer un logotipo nuevo, sino más bien hacer ligeros cambios manteniendo la idea original de la que se partió. Cuanto más suaves sean los cambios, mayor sensación de estabilidad dará la marca.
4. Reproducción sencilla
Un logo debe de ser fácil de reproducir; esto es algo que hay que procurar tener en cuenta porque el cliente no a va a entender que, una vez aprobado un diseño, no sea capaz de reproducirse. Por eso debes de hacer pruebas en todos los soportes a los que está destinado (ya sean camisetas, tazas, perfiles de redes sociales, web, tarjetas, etc.), incluso en todas las opciones que hoy no te planteas. Puede que mañana sí que sean una opción.
En el diseño, menos es más. Por eso, cuando vayas a definir la paleta de colores, procura usar un máximo de 3 tintas en tu diseño, y prueba a ver cómo interactúan unos colores con otros. Además de conseguir un logo de fácil reproducción, conseguirás abaratar los costes de producción al cliente cuando haya una imprenta de por medio.
Finalmente, prueba que tu diseño funciona tanto en fondos claros como en fondos oscuros. Comprueba la legibilidad, si los colores elegidos son los adecuados, si en positivo funciona igual de bien que en negativo, etc.
Un logotipo fácil de reproducir es aquel que no presente problemas en su producción. Y esto es algo que hay que procurar tener en cuenta porque el cliente no a va a entender que, una vez aprobado un diseño, no sea capaz de reproducirse. Por eso debes de hacer pruebas en todos los soportes a los que está destinado (ya sean camisetas, tazas, perfiles de redes sociales, web, tarjetas, etc.), incluso en todas las opciones que hoy no te planteas. Puede que mañana sí que sean una opción.
En el diseño, menos es más. Por eso, cuando vayas a definir la paleta de colores, procura usar un máximo de 3 tintas en tu diseño, y prueba a ver cómo interactúan unos colores con otros. Además de conseguir un logo de fácil reproducción, conseguirás abaratar los costes de producción al cliente cuando haya una imprenta de por medio.
Finalmente, prueba que tu diseño funciona tanto en fondos claros como en fondos oscuros. Comprueba la legibilidad, si los colores elegidos son los adecuados, si en positivo funciona igual de bien que en negativo, etc.