La gran mayoría de los negocios que nos rodean, sean grandes o pequeños, necesitan contactar con un diseñador gráfico para trabajos de imprenta como pueden ser tarjetas de visitas, catálogos, flyers…o para diseñar su web, un banner, el contenido para sus redes sociales…
Tanto si eres de los que te gusta aventurar por tu cuenta como si eres de los que te preocupas por todos los detalles de tu negocio, conviene que tengas algunas nociones básicas acerca del uso de la tipografía para que tus productos acompañen y enfaticen correctamente el mensaje que quieres transmitir con cada uno de ellos. De lo contrario, estarías transmitiendo un mensaje equivocado.
Dado que se van a utilizar palabras y tecnicismos que pueden generar dudas, hemos elaborado un pequeño glosario al final de nuestro post, por si necesitas echarle una mano para liberar dudas.
Estos son nuestros 3 tips para conseguir llegar correctamente a tu cliente:
1. Fuentes de serifa vs. de palo seco
Cuando te enfrentas a un proyecto donde hay texto, por poco que sea, es importante que le prestes atención a la fuente tipográfica que vas a emplear. Y aunque a priori no parezca tan importante como el resto de elementos de tu composición, elegir una u otra fuente puede hacer que el conjunto del diseño funcione o no.
Entre las distintas clasificaciones que existen de fuentes, una de ellas, y la más conocida, es la que se refiere a una tipografía con serifa (o serif) y sin serifa (o de palo seco). La diferencia entre ellas son los remates o serifas de las terminaciones en cada una de las letras y caracteres.
Si vas a trabajar sobre un proyecto impreso, como puede ser un catálogo, lo ideal es que utilices para los titulares y encabezados fuentes de palo seco. Son más contundentes y muestran sobriedad. Y para el cuerpo de texto, con el fin de facilitar la lectura, utilices fuentes con serifa.
Pero si quieres que este mismo catálogo se cuelgue en la web de tu empresa o lo vas a publicar en las redes sociales, se recomiendan las fuentes de palo seco, tanto para el cuerpo como para los titulares, pues en pantalla está demostrado que estas fuentes son las que mejor se leen.
Esto no supone que tengas que descartar las fuentes serif. Recuerda que cada fuente expresa unas cualidades a las que debes de prestar especial atención pues deben ir en sintonía con el mensaje que queremos transmitir.
3. Interlineado programado vs. manual
Si optamos por establecer un interlineado programado debemos de saber que será el 120% del tamaño del cuerpo tipográfico en la mayoría de los casos. Es decir, si utilizamos un cuerpo de 10 puntos, el interlineado será de 12 puntos. Este tipo de interlineado es positivo y es el aconsejado entre las normas de legibilidad. Por lo tanto, si no tienes espacio físico para todo el texto que quieres introducir en tu carta de menú, por ejemplo, te aconsejamos que prescindas de algún plato o ingrediente, pero no de interlineado o espacio. Es conveniente que tu cliente se sienta cómodo eligiendo entre los platos de la carta como parte del servicio de tu negocio.
Cuando nuestro proyecto cuenta con longitudes de líneas muy largas , como puede ser un dossier de empresa de gran formato, se debe de optar por un interlineado manual para ampliar el interlineado. Esto es debido a que si utilizamos el estilo programado el ojo humano posiblemente se pierda leyendo entre el final de una línea y el principio de otra.
Sin embargo, si estamos trabajando en un tríptico donde las líneas serán más cortas, se aconseja que el interlineado sea más pequeño que el programado.
En el caso de que nuestro proyecto esté enfocado a una pantalla , conviene aumentar ligeramente el interlineado, ya que esto incrementa considerablemente la legibilidad de nuestro texto.
De la misma manera que tenemos en cuenta el interlineado, también es recomendable estudiar si necesitamos modificar el (espaciado entre pares de caracteres seleccionado) y el tracking (espacio entre todos caracteres).
Si optamos por establecer un interlineado programado debemos de saber que será el 120% del tamaño del cuerpo tipográfico en la mayoría de los casos. Es decir, si utilizamos un cuerpo de 10 puntos, el interlineado será de 12 puntos. Este tipo de interlineado es positivo y es el aconsejado entre las normas de legibilidad. Por lo tanto, si no tienes espacio físico para todo el texto que quieres introducir en tu carta de menú, por ejemplo, te aconsejamos que prescindas de algún plato o ingrediente, pero no de interlineado o espacio. Es conveniente que tu cliente se sienta cómodo eligiendo entre los platos de la carta como parte del servicio de tu negocio.
Cuando nuestro proyecto cuenta con longitudes de líneas muy largas , como puede ser un dossier de empresa de gran formato, se debe de optar por un interlineado manual para ampliar el interlineado. Esto es debido a que si utilizamos el estilo programado el ojo humano posiblemente se pierda leyendo entre el final de una línea y el principio de otra.
Sin embargo, si estamos trabajando en un tríptico donde las líneas serán más cortas, se aconseja que el interlineado sea más pequeño que el programado.
En el caso de que nuestro proyecto esté enfocado a una pantalla , conviene aumentar ligeramente el interlineado, ya que esto incrementa considerablemente la legibilidad de nuestro texto.
De la misma manera que tenemos en cuenta el interlineado, también es recomendable estudiar si necesitamos modificar el (espaciado entre pares de caracteres seleccionado) y el tracking (espacio entre todos caracteres).
3. La familia de una fuente.
Por lo tanto, a la hora de mezclar se recomienda no usar más de dos fuentes, a los sumo tres. Si lo que queremos es llamar la atención de nuestro cliente, como por ejemplo en el diseño de un anuncio, podemos decantarnos por fuentes con una amplia familia tipográfica, con la que conseguiremos contraste con distintos grosores y estilos. Si a estas opciones le añadimos distintos pesos (tamaño) estaremos despertando el interés de nuestro cliente sin que el mensaje que queremos transmitir se pierda por el camino. Se recomienda no abusar en exceso de esta técnica pues podríamos caer en el mismo error que si utilizamos muchas fuentes.
Y puesto que nuestro abecedario es latino, conviene que revises que la fuente que vas a utilizar está preparada para su uso en español. Revisa que los signos de puntuación iniciales, los acentos latinos y la letra “ñ” están incluidos, pues sería una pena que después de todo el esfuerzo que supone seleccionar una fuente este detalle echara por tierra todo nuestro trabajo.
4. Glosario
El tipo: Es el modelo de diseño de cada carácter, letra, número, símbolo y signos de puntuación. Entre ellos existe un diseño característico. Y su origen se remonta a las primeras andaduras de la imprenta, donde el tipógrafo hacía sellos utilizando troqueles y componía con estos, textos.
Actualmente se realiza un mal uso de esta palabra al utilizarla como diminutivo de “tipografía”.
La tipografía: Es una disciplina orientada al diseño de los tipos y a su composición para crear textos junto con otros medios como imágenes, vídeos… y comunica un mensaje. También se ocupa del estudio y clasificación de las fuentes tipográficas. Es una profesión muy vinculada con el diseño, pero hay que saber que un diseñador gráfico no es un tipógrafo, aunque éste pueda entender de tipografía.
También en este caso tenemos otro mal uso de la palabra cuando nos referimos a la “fuente tipográfica”.
Las medidas tipográficas: Para la medición de los caracteres podemos utilizar medidas absolutas o relativas. Las primeras tienen que ver con el tipo sobre el que se diseña cada letra y tiene un valor absoluto de 0,35mm. Las segundas varían en función del tamaño del tipo y se utilizan básicamente para definir funciones de espaciado y sangrías del texto.
Como regla general, utilizaremos el punto como medida tipográfica.
La familia tipográfica: Un tipógrafo puede dotar a una fuente tipográfica de variaciones con respecto al grosor o anchura de la misma, dando lugar a una familia tipográfica. Todas tendrán unas características comunes entre sí, pero con variaciones que dotarán a esa familia de una gran versatilidad para su uso, pues combinar fuentes de una misma tipografía enriquece notablemente un diseño.
Se desaconseja deformar las fuentes tipográficas y en su lugar, utilizar las distintas variaciones que existan en la familia. Por este motivo, antes de utilizar una fuente conviene asegurarse que cuente con al menos las variables bold, italic y thin o regular.
La fuente tipográfica: La apariencia de un grupo de caracteres, letras, números, símbolos y signos de puntuación que comparten un mismo estilo o diseño. Son diseñados por el tipógrafo para ser utilizados conjuntamente y que cumplan el cometido de estética y legibilidad.
Puede ocurrir que por acortar el lenguaje se utilice más fuente que fuente tipográfica.
Clasificaciones de una fuente tipográfica: Cuando vamos a buscar una fuente conviene primero decidir qué estilo necesita nuestro texto para facilitarnos la búsqueda. Las fuentes se pueden clasificar en distintas categorías pero sin lugar a dudas, el más utilizado es si llevan o no serifa. Dentro de una primera clasificación existe una subclasificación, pero este post no está pensado tanto en profundizar en este campo como en dar unas nociones básicas para un uso correcto de la fuentes tipográficas.
- Las fuentes serif son aquellas que llevan adornos, gracia, remate o serifa en sus terminaciones. Su origen viene de cuando se cincelaban en los bloques de piedra los caracteres con el fin de asegurar que los bordes de estos fueran rectos.
Estas fuentes se aconsejan para textos largos ya que facilitan la lectura al crearse con los remates un efecto óptico de línea sobre la que asentar la lectura. Aportan un efecto de tranquilidad, firmeza, autoridad y elegancia.
Las fuentes serif más utilizadas son Times New Roman, Courier, Georgia. Sin embargo, existen muchas más que pueden aportar un estilo elegante como la Didot o un estilo siempre correcto como la Baskerville.
- Las fuentes de palo seco, sin serifa o lineales se denominan así porque no llevan remates. Es la representación más natural del carácter con vértices pronunciados.
Estas fuentes transmiten sobriedad, modernidad y limpieza, se les asocia con un sentimiento más neutral y de seguridad. A pesar de ello, no son las más idóneas para la lectura de textos largos impresos por lo que para titulares y encabezados se presentan como la mejor opción. En soporte digital pueden utilizarse para textos largos, y se aconseja utilizar esta opción frente a las fuentes serif por ser más legibles.
Las fuentes de palo seco más utilizadas son la Tahoma, Arial, Helvética y Verdana. Pero también podemos pensar en la Futura, Frutiger y Gill Sans como otras opciones no tan populares.
- Las fuentes cursivas o script hacen referencia a todas las que de una u otra forma hacen alusión a la forma escrita de las letras y se inspiran en la escritura manual. La Comic Sans es el ejemplo más conocido, y también el más usado.
Estas fuentes no se deben de utilizar para proyectos serios ni profesionales, a no ser que queramos dar un aire artístico, handmade o infantil.
- Las fuentes decorativas o de fantasía recogen todas aquellas creadas con un fin más estético que legible. La carga de expresividad de estas fuentes es a veces demasiado alta y por ello se recomienda no abusar de su uso.